¿Qué me dices, Universo?

Cuando volvía de llevar a mi hermano al taekwondo, iba a entrar al portal. La puerta generalmente se me resiste, no acepta mi llave por lo visto, pero hoy se abrió como la seda. Y mira que hay ocasiones que me desesperé porque la puerta no se abría y eran las once de la noche. Señal 1.
Y sabía que había alguien detrás de la puerta, pero no justo detrás, como a cinco metros o algo, y cuando abro la puerta me encuentro cara a cara con ____, uno de los 4 chicos que conozco de la comunidad, y precisamente el más guapo, ese al que evidentemente le gusto. Los dos murmuramos un hola muy bajito y salimos casi corriendo cada uno en su dirección. Y mira que saliendo del portal sólo me he encontrado con él dos o tres veces, y nunca cara a cara, generalmente nos ignorábamos. Señal 2.
Y hoy tomé la iniciativa de subir las escaleras, aunque casi siempre cojo el ascensor. Y justo cuando puse un pie en lo que se considera primer piso, la puerta de Dani se abrió y él salió con pintas de que se iba a meter en la piscina (no me extraña con el calor que hace, últimamente sobre los capós de los coches se pueden freír huevos). Dani es el tío al que le tengo más apego (como amigos, ojo). Pero justo cuando pisé el suelo de su piso fue que él salió. Nunca, en toda mi vida, me había pasado algo así. Con nadie en ningún sitio. Señal 3.
Cuando entré en la casa cogí de inmediato a Lina (portátil) y revisé el blog de Jason Mraz. Nada. Debí haberlo imaginado, generalmente cuando Jason publica una entrada me dan unas ganas locas de bloguear y así lo identifico.
¿Será que el Universo me está diciendo que debo invitar a Elena al cine? Porque esa idea me lleva rondando la cabeza toda la tarde. Voy a mirar la cartelera.
La acabo de llamar y me ha dicho que sí. Es raro que su abuela la deje, varias veces se lo he propuesto y siempre se ha negado. Podría ser eso lo que me estaba diciendo el Universo. Pero me da que no, es demasiado sencillo, y desde que me pasó el primer milagro confío plenamente en mi intuición.
Ah, ¿que quieres que te cuente el primer milagro?
Vale, pues yo estaba una tarde tan tranquilita en mi casa leyendo el blog de Jason Mraz (una costumbre casi diaria, y si no publica me leo la entrada una y otra vez, da igual, nunca perderá la gracia) y mi madre estaba en su habitación leyendo El Secreto (que por cierto, es un libro hiper-super-mega-alucinante y te lo tienes que leer sin falta). Ella no me dejaba mirar ni la parte de atrás porque según ella no lo tocaría hasta que ella lo terminara, hasta se lo llevaba en el bolso cuando salía. Creo que estaba jugando con mi paciencia, sabes eso de que te dicen que no hagas tal cosa y te dan ganas de hacerla. Pues Jason recomendó en su blog una página llamada TUT que te enviaba pensamientos positivos para empezar bien el día. Por supuesto, si él lo dice yo me meto en lo que sea, como si es paracaidismo, me da igual. Pues sí que son buenos los mensajitos que me envía esa página cada día. Son estupendos. Bueno, pues se lo comenté a mi madre y me pidió que se lo explicara. Le dije que no sabía muy bien cómo iba pero por lo visto vendían camisetas y cosas por el estilo, aparte de las notitas del Universo. Y también le dije el nombre del fundador, Mike Dooley, y le dije que había intentado buscar información sobre este tipo pero que cuando abrí la página de Wikipedia se me fue la señal de Internet, y que eso me tenía frustrada. Y en ese momento ella abrió los ojos como platos y me pidió que se lo repitiera. Se lo repetí, y me pasó el libro de El Secreto. Lo abrí por una página al azar y bum! encontré la biografía de Mike Dooley. Después, cuando leí el libro, lo entendí todo.
El Secreto. Pide y el Universo te lo concederá. Sólo tienes que tener fe. Pedí saber quién era Mike Dooley. Tuve fe.
Creo en el Secreto.

Le envié esta historia a la página de contacta con nosotros y una mujer muy amable, Amanda, me respondió y me dijo que le había encantado mi historia y que se la iba a remitir a Mike Dooley porque sabía que le iba a gustar.
Mira, por confiar conseguí lo que quería y más. Yo nunca esperé que Mike Dooley en persona leyera mi historia, palabras salidas de mí. Sólo quería alegrarle el día a quien estuviera abriendo todos los correos.
Sé agradecido al Universo y tendrás más de lo que agradecer.
He vuelto de salir. El cine estaba cerrado, así que fuimos al centro y compramos;un helado grande de chicle, menta y Oreo (mío yumm), un helado mediano de chicle con sirope (Elena), un granizado de limón o frappé (también mío... me congelé el cerebro varias veces), incienso de menta (mi cuarto huele a chicle de menta), un brillito de labios que casi no se nota pero huele a limón a km de distancia, unos pendientes chiquitos que cambian de color según desde dónde los mires, y más cosas que son de Elena.
Dejé la entrada a medio hacer y apenas ahora la terminé.
Pero fue una buena salida.